Hoy en día, las ametropías (o trastornos visuales como la miopía, hipermetropía, presbicia, etc.) hay aumentado en número, afectando tanto a niños/as como a adultos/as. Existen costumbres que perpetúan y empeoran los problemas oculares, los dolores de cabeza y la fatiga visual.
Veamos cuales son algunos de ellos y la manera de cambiarlos, para mejorar nuestra salud ocular y general también, porque somos un todo y nuestros ojos y la función de la vista está íntimamente relacionado con el resto de nuestro cuerpo y también con nuestras emociones, pensamientos y espíritu. Recordemos que los ojos son “la ventana del alma”.Dañamos nuestros ojos cuando:
1- Utilizamos pantallas constantemente (PC, teléfonos celulares, tabletas, televisor, etc.). Nos obligan a ver principalmente de cerca, irritan los ojos, evitan el parpadeo, y nuestros ojos pierden la variedad y estimulación que necesitan al estar prácticamente fijos.
Una manera de contrarrestar esto es la técnica 30-30-30 cuando se usan pantallas. Consiste en hacer una pausa de 30 segundos cada 30 minutos, mirando a 30 metros. También es bueno levantarse de la silla cada hora, caminando un poco y estirando y aprovechando para salpicarse los ojos con agua fría.
2- Pasamos la mayor parte del día bajo luces artificiales y evitando la luz natural y el sol. Nuestro sol es fuente de vida, alimento natural para nuestra energía y de nuestros ojos. Privarlos de ella, incrementa la intolerancia al sol y empeora la capacidad de enfoque.
Lo ideal es pasar tiempo al aire libre, recibiendo luz natural y tomar sol, realizando sunning solo exponiéndonos un rato a él sin anteojos. Podemos usar viseras o sombreros si somos muy sensibles.
3- La mayoría de nuestras actividades utilizan la visión cercana y fija (computadora, lectura). Nuestros ojos están preparados y relajados cuando observamos lo lejos y cambiamos a distintas distancias, colores e iluminaciones constantemente, por lo que las actividades a los que sometemos habitualmente a nuestros ojos lo estresan, favoreciendo la aparición de vicios refractivos.
Lo solucionamos haciendo actividades donde usemos la visión de lejos, como algún deporte al aire libre, caminatas u otras actividades que generen estímulo de distinta intensidad de luz y colores.
4- No parpadeamos lo suficiente. El parpadeo lubrica, relaja y protege los ojos. Deberíamos hacerlo más de 20 veces por minuto, pero cuando usamos pantallas, leemos o miramos TV, lo hacemos 1 sola vez por minuto solamente.
Hacer consciente el parpadeo, hacerlo cada 3 segundos, ayuda con este problema. Es bueno recordar hacerlo más seguido cuando estamos tensos.
5- Nos alimentamos de manera inadecuada. No solo no le damos a nuestros ojos los nutrientes que necesitan, sino que nos llenamos de alimentos que los perjudican, como refinados, ultraprocesados, productos cárnicos, etc.
Alimentarnos adecuadamente, brindándole a nuestros ojos los antioxidantes y nutrientes necesarios, solucionan este problema.
6- Nos refregamos, comprimimos, frotamos o apretamos los ojos. Esto puede afectar la cornea y la retina de manera negativa.
Debemos procurar no realizar estas prácticas.
7- No descansamos de los lentes (aéreos o de contacto). La visión a través de lentes, genera visión fija, dejando de estimular la periferia de la retina y agotando la macula y los músculos oculares al ponerlos en tensión.
Un buen hábito sería usar los lentes solo cuando se necesitan, descansando de ellas cuando se pueda y realizando algunas actividades cotidianas sin ellas, siempre que no sean peligrosas (podríamos lastimarnos al cocinar, conducir vehículos, utilizar elementos punzantes, etc.).
8- Vemos superficialmente, “por arriba”. La no observación de detalles provoca menor estimulación de la circulación y nutrición de la retina y de la mácula.
Esto se soluciona procurando leer letra por letra, sin intentar ver el párrafo entero de una vez, siendo curiosos con los detalles de las cosas, evitando las miradas fijas, y haciendo juegos que estimulen la observación (como buscar las diferencias, objetos perdidos en la imagen, etc.).
9- No respetamos los ciclos circadianos. Tanto nuestros ojos y el sistema visual como el resto de las funciones corporales, están regidos y necesitan de cierto ciclo vigilia/sueño, luz/ oscuridad para funcionar correctamente.
Idealmente debemos pasar tiempo fuera, recibiendo luz natural y sol, evitar pantallas y luces artificiales fuerte después de ciertas horas y dormir completamente a oscuras.
10- No somos conscientes de la relación de nuestras emociones con los síntomas de nuestro cuerpo. En general estamos desconectados de nuestras emociones. Puede ayudar a mejorar nuestra visión el reconocer que pudo haber influido en el origen del problema. ¿Qué no queríamos ver cuando apareció? ¿Qué me estaba ocurriendo en esa época? ¿Cómo puedo gestionar esos conflictos y no repetirlos? El abordaje integral es fundamental.
11- No le brindamos descanso a los ojos. Dormir no es suficiente. Los ojos (y sus músculos extrínsecos e intrínsecos) necesitan relajarse de la actividad permanente a los que los sometemos.
La práctica del palming, masajes perioculares, de las mandíbulas y cuello favorecen la relajación y la buena circulación de todas las estructuras oculares. También ayudan las compresas (frías o tibias, según el caso).
12- No ejercitamos los músculos oculares. Tanto los músculos extrínsecos (que rodean el ojo y lo mueven para enfocar en las distintas direcciones o al centro) como los músculos intrínsecos (que contraen o dilatan la pupila) deben ejercitarse para evitar la fatiga y detener la progresión de las ametropías producidas por la tensión. La realización de ejercicios de acomodación, convergencia, visión lejana y etc., sumados al sunning son altamente beneficiosos en todos los problemas oculares.
13- No tenemos en cuenta otros aspectos del proceso de visión. El proceso visual no solo depende de nuestros ojos. También depende de nuestra mente, que procesa el estímulo (imagen) recibida por el cerebro. Por ellos es una práctica muy buena, ayudar a la visión estimulando la imaginación y la visualización.
Estos pequeños consejos son fáciles de aplicar y podemos ponerlos en práctica poco a poco, primero los que nos resulten más fáciles y familiares e ir incorporando otros luego. Nuestra salud depende de nosotros, de nuestro entorno y nuestros hábitos. Adelante con los cambios que puedan mejorarla.
Amorosamente
Dra. Julia Elena Scocco.
Médica. Oftalmología con una mirada diferente. Ayurveda y Medicina Integrativa (Nutrición, Flores de Bach, Reiki, Biodescodificación).
Turnos al +54 341 3012319. También por DrApp
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