Ayurveda significa literalmente “ciencia de la vida”. Más que una medicina, es una forma de vida, es una manera de interpretar el mundo y la naturaleza y vivir a su ritmo, fluyendo con ella.
Ayurveda se basa en la naturaleza para dar sus
consejos y tratamientos. Ve al ser humano como un microcosmos dentro del
macrocosmos natural y en el que debe encontrar el equilibrio. En contraposición,
o más bien complementando la medicina moderna, toma al individuo en sus
dimensiones física, mental-emocional y espiritual.
En general, nuestra
medicina moderna sólo se queda con el aspecto físico, tomando al cuerpo como
una máquina a la que hay que reparar. Ayurveda es holística, integrativa, trata
todos los aspectos: cuerpo, mente y espíritu; no deja afuera ninguna parte del
ser humano.
Su definición de salud es SWASTA,
que significa “estar centrado/equilibrado en el YO” (un@ mism@); es un
bienestar que no siempre es ausencia de enfermedad, si bien tiene miles de
consejos para mantenernos sanos y prevenir enfermedades.
Somos seres bio-psico-sociales,
Ayurveda toma todos los aspectos, hasta la influencia que tienen en nosotros
las relaciones, el ambiente, lo económico, el clima, las estaciones, etcétera.
Prima hermana del yoga,
que es otra disciplina holística o integrativa, surgió en la India hace más de
5000 años. Ambas tienen sus bases en unos libros antiquísimos llamados Vedas.
Es considerada madre de todas las medicinas o curaciones, ha tenido influencias
en la Medicina China Tradicional (migrando a través del Tíbet), en la Medicina
griega (fue llevada por Alejandro Magno en el intento de conquista de la India),
en la Medicina Unani (tomada durante las conquistas musulmanas de la India),
entre otras.
Ayurveda es considerada una disciplina natural
porque ve al hombre como parte de la naturaleza. Somos naturaleza. La
naturaleza no es eso que está allá afuera en el parque, en una plaza o en el
mar de las vacaciones. Todo en el universo, incluidos nosotros, somos
naturaleza y estamos formados por cinco elementos básicos. Estos deben ser
tomados de manera sutil (o metafórica si se quiere) y no literal. Son: éter (o
el espacio donde todo sucede y permite la existencia de los otros), aire, fuego,
agua y tierra. Todo lo que existe tiene proporciones variables de estos
elementos, que brindan las características o cualidades de todo lo que
percibimos. Por ejemplo algo con mucho fuego lo percibimos caliente, rojo o
intenso.
Los elementos están
presentes en el ser humano cómo doshas (que podrían definirse como tendencias
naturales, formas de reacción o características). En las personas en quienes
predomina el aire/viento son dominados por el dosha vata (éter + aire), con
todas sus características. Son personas inquietas, livianas, alegres,
entusiastas, friolentas. Ante el estrés van a reaccionar con insomnio, miedos,
preocupaciones, temblores, hinchazón de panza, pérdida de peso. A los a los que
les predomina el elemento fuego, se las vincula con el dosha pitta (fuego +
agua). Son personas intensas, decididas, enfocadas, calurosas, de piel sensible.
Ante el estrés reaccionan con enojo, críticas, erupciones cutáneas, gastritis o
diarrea. En quienes domina el agua y la tierra (estructura), son influenciados
por el dosha kapha. Son personas muy emocionales, sensibles, de estructura más
grande y pesada, amorosas y contenedoras. Ante el estrés se vuelven lentas y
dormilonas, apegadas, les cuesta digerir la comida y suben de peso.
La proporción de doshas
que tenemos que nuestro ser es llamado constitución o prakriti, que es única e
irrepetible. Ayurveda se basa en el autoconocimiento, en el reconocimiento de
nuestra prakriti para entender nuestras tendencias, características, reacciones
e influencias, y así poder equilibrarnos con los mismos medios naturales. Todo
en la naturaleza influye en la dinámica de nuestros doshas, que se van modificando,
moviendo, cambiando nuestro cuerpo y dando síntomas físicos (primero en el
sistema digestivo y luego en el resto del cuerpo) o mentales y emocionales.
Todos tenemos los tres doshas presentes en
nuestro cuerpo- mente. Cumplen funciones fisiológicas (básicamente: Vata = movimiento;
Pitta = transformación; Kapha = estructura), mentales-emocionales (ejemplos:
Vata da entusiasmo, inspiración artística, miedos; Pitta da claridad mental,
inteligencia, enojos; Kapha brinda generosidad, amor, servicio, apego, avaricia).
No hay cosas peores que otras en estas
influencias. Ninguna emoción es peor o mejor que otra sólo van a impactar
diferente, de distinta manera según nuestra constitución.
Con lo que juega Ayurveda, es con el
equilibrio de opuestos, observando las características a ser equilibradas. Así
cuando una gran exposición al sol o calor nos aumenta el fuego, dándonos enrojecimiento cutáneo o incluso mal
humor, buscaremos compensar con cosas
refrescantes proveniente de otros elementos como el aire, el agua o la tierra:
alimentos frescos, paseos nocturnos, etcétera. Tan simple como eso. Ayurveda es
simple lógico y visible, aplicable.
Tenemos miles de herramientas naturales que
usa Ayurveda para la restitución del equilibrio, principalmente la alimentación,
la práctica de yoga y meditación, actividad física, pautas de relación, cambios
en el ambiente, aromas, sabores, colores, rutina. Todos estos recursos
adaptados a nuestro doshas o desequilibrios. También se puede usar fitoterapia,
rutinas estacionales, etcétera.
El equilibrio en Ayurveda está basado en el alimento.
Pero alimento no es entendido solamente como lo que entra por la boca y
percibido por el gusto, sino todo lo que es percibido por los sentidos: lo que
vemos, escuchamos, olemos, tocamos, sentimos o pensamos. Por lo tanto es
importante ver la calidad de percepciones con las que nos alimentamos. No
tendrá el mismo efecto alimentar una relación sana, que una conflictiva, escuchar
Bossa Nova, un mantra o un rap, comer una comida súper condimentada o una papa
hervida ,oler una flor o un excremento de perro, acariciar un conejo o
exfoliarnos la piel con una lija, vestirnos de rojo o azul, exponernos al frío
o al calor. Todo genera diferentes efectos e impacta diferente a cada prakriti.
La vida es como la percibimos y alimentamos.
Cuando hablamos de equilibrar según nuestros
doshas (constitución o prakriti), hablamos de tomar alimentos que compensan
estas tendencias o desequilibrios de los que hablamos. Una persona de aire (Vata),
es friolenta, irregular, movediza, liviana, temerosa. Se compensa con
características opuestas: regularidad, descanso, quietud, alimentos nutritivos
y pesados, calor, música relajante, colores calmantes y cálidos, actividades
creativas, etcétera. Una persona de fuego (Pitta) es calurosa, irritable,
asertiva, ejecutiva, competitiva. Se compensa con moderación de su intensidad,
actividades no competitivas, colores fríos, alimentos y sabores refrescantes,
música relajante, etcétera. Una persona de agua y tierra (kapha), es friolenta,
lenta, apegada, pesada; se equilibra con alimentos y hábitos estimulantes, música
movida, actividades dinámicas, colores cálidos y estridentes, comidas livianas.
También podemos hablar de aromas colores, sabores, actividades y rutinas para
cada dosha. Este mundo es maravilloso. Te invito a descubrirlo.
Amorosamente
Dra. Julia Elena Scocco.
Médica. Oftalmología con una mirada diferente. Ayurveda y Medicina Integrativa (Nutrición, Flores de Bach, Reiki, Biodescodificación). Turnos al +54 341 3012319. También por DrApp